¿Qué son los microhábitos y por qué debes conocerlos?
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¿Alguna vez has querido cambiar un hábito negativo como dejar de fumar o comenzar una rutina saludable como correr o pasear a diario?, ¿Te gustaría transformar tu vida a mejor sin sentirte abrumado por hacer grandes cambios? No te preocupes ya que es posible conseguirlo mediante algo tan sencillo y simple como son los microhábitos. Hoy te vamos a hablar sobre qué son los microhábitos y todo lo que necesitas saber al respecto.
Y es que, ¿sabías que pequeños ajustes diarios, casi imperceptibles, pueden generar un impacto significativo en tu vida? De todo y esto mucho más como su implementación y beneficios es de lo que te vamos a hablar en este artículo. Así, podrás probarlos con aquello que quieras cambiar o integrar y verás cómo funciona.
¿Qué son los microhábitos?
Los microhábitos son pequeñas acciones diarias que, aunque parecen insignificantes por sí solas, pueden tener un impacto significativo en nuestra vida cuando se practican de manera consistente. Estos hábitos son fáciles de incorporar en nuestra rutina diaria y requieren muy poco tiempo y esfuerzo, lo que los hace accesibles y sostenibles a largo plazo.
Algunos ejemplos son beber un vaso de agua al despertar, hacer cinco minutos de estiramientos por la mañana, o leer un capítulo de un libro antes de dormir.
El objetivo de estos hábitos es crear cambios graduales y sostenibles en tu vida, sin generar resistencia ni estrés. Al ser tan pequeños, son fáciles de incorporar en tu rutina diaria y se convierten en hábitos automáticos con el tiempo.
La idea es que gracias a ellos y al acumularse con el tiempo, puedan mejorar nuestra salud, productividad y bienestar general.
Ejemplos de microhábitos
- Beber un vaso de agua al despertar.
- Hacer cinco flexiones antes de ducharte.
- Usar las escaleras en vez del ascensor. Si vives en un 5 puedes subir en ascensor cuatro pisos y el último por las escaleras.
- Meditar durante un minuto antes de dormir.
- No usar el móvil hasta después de tomar el café cuando te levantas.
- Leer una página (sí, sólo una) de un libro antes de acostarte.
- Escribir tres cosas por las que estás agradecido cada noche.
¿Cuáles son sus beneficios?
Aunque no te lo creas estas pequeñas acciones tienen muchos puntos positivos que pueden mejorar significativamente nuestra vida diaria. Entre ellos están:
- Sencillos y fáciles de incorporar en tu vida: Debido a que requieren poco tiempo y esfuerzo, son fáciles de incorporar en la rutina diaria de cualquier persona, lo que aumenta la probabilidad de mantenerlos a largo plazo.
- Mejora nuestra salud en todos los sentidos: Pueden ayudar a desarrollar hábitos saludables, como beber más agua, hacer ejercicio ligero o dormir mejor. Lo mismo sucede con la memoria e incluso con la productividad laboral y profesional. Piensa que al hacer rutinas efectivas, como dedicar unos minutos al día a leer una o dos páginas de un libro, anotar cosas pendientes y organizarte mejor, consigues retener mejor esos datos y mejoras tanto en el trabajo como en tu vida personal.
- Mayor felicidad: Contribuyen a un bienestar general mejorado al reducir el estrés y aumentar la sensación de logro diario.
- Flexibilidad y adaptabilidad: Como te comentamos arriba de todo, los pueden practicar todo tipo de personas, sin importar su estilo de vida, ni edad.
- Menor resistencia al cambio: Al ser pequeños, no tienes excusa para llevarlos a cabo ya que generan menos resistencia al cambio, facilitando su adopción y mantenimiento.
- Efecto acumulado: Aunque cada pequeña acción por sí solo puede parecer insignificante, su impacto se multiplica con el tiempo, lo que puede llevar a cambios significativos en la vida.
- Te conoces mejor: Al ajustar e incorporar estos hábitos, eres capaz de lograr información valiosa sobre cómo eres ya que te permite ver qué te funciona en cada caso.
Por ejemplo, imagina que intentas leer entre 5 y páginas de un libro cada día. Igual piensas que puede ser una excelente manera de relajarse y mejorar tus habilidades de lectura.
Al principio, puedes leer cualquier tipo de libro, pero al controlar cómo te sientes después de leer, puedes descubrir o no, que los libros de no ficción te mantienen más despierto y alerta, mientras que los de ficción te ayudan a relajarte mejor.
O también te puede ayudar a determinar cuándo te funciona mejor leer. Igual piensas que eres un lector nocturno e igual no es así.
Otro ejemplo sería intentar leer a diferentes horas de la noche y descubrir que leer justo antes de apagar las luces te ayuda a conciliar el sueño más fácilmente, mientras que leer una hora antes te mantiene más despierto.
Y lo mismo con cualquier otro microhábito.
Nota: Todo lo anterior son sólo algunas ideas y ejemplos que debes probar por ti mismo para saber si te funcionan, ya que cada persona es diferente.
¿Cómo funcionan?
Ahora que ya conoces sus beneficios y algunos ejemplos, te vamos contar cómo funcionan para que los integres en tu vida.
Y es que aunque cada microhábito individual puede parecer insignificante, su acumulación con el paso del tiempo genera un impacto significativo. Este fenómeno es conocido como el de bola de nieve.
Piensa en los copos de nieve. Uno sólo copo no hace nada, pero cuando se acumulan muchos al nevar puedes hacer un muñeco o cubrir una ciudad con el paso del tiempo. Dicho de otra forma, la unión hace la fuerza.
Esto es lo mismo, piensa en los microhábitos de igual forma, puedes pensar que son pequeños cambios y aparentemente insignificantes que no hacen nada. Pero cuando se acumulan muchos generar un impacto significativo con el tiempo.
No lo decimos nosotros, lo confirma la ciencia.
Este concepto está respaldado por la teoría del “efecto compuesto” de Darren Hardy, que sostiene que las acciones pequeñas y consistentes, cuando se repiten a lo largo del tiempo, producen cambios sustanciales.
La ciencia detrás de este fenómeno se basa en la neuroplasticidad del cerebro. Cada vez que repetimos una acción de este tipo reforzamos las conexiones neuronales asociadas a ese comportamiento.
Con el tiempo, estas conexiones se fortalecen, haciendo que el hábito se vuelva más automático y requiera menos esfuerzo consciente. Esto explica por qué los microhábitos son tan efectivos a largo plazo.
Y es que un estudio citado por Charles Duhigg en su libro “El poder de los hábitos” reveló que entre el 40% y el 95% de nuestras acciones diarias son habituales.
Y es que lo positivo de estos hábitos pequeños es que son fáciles de implementar y no nos cuestan esfuerzo. Piensa que al ser acciones muy pequeñas, no requieren una gran fuerza de voluntad ni motivación, lo que facilita su incorporación en tu rutina diaria.
Además, la repetición constante de los micorhábitos los convierte con el paso del tiempo en hábitos automáticos, que realizas sin pensar.
¿Cómo identificar que tienes microhábitos?
Lo mejor de todo es que es posible que sin darte cuenta ya tengas algunas acciones diarias positivas. Para identificar los que ya tienes, puedes hacer los siguientes pasos:
- Observa tu rutina diaria: Presta atención a las pequeñas acciones que realizas automáticamente cada día.
- Anota tus actividades. Sí, todas o las máximas que puedas: Durante una semana, lleva un registro detallado de tus actividades cotidianas, por insignificantes que parezcan.
- Busca patrones: Este aspecto es clave. Analiza tu registro y busca acciones que repites constantemente sin pensar mucho en ellas.
- Evalúa el impacto: Reflexiona sobre cómo estas pequeñas acciones afectan tu vida diaria, ya sea positiva o negativamente.
- Identifica la duración: Los microhábitos suelen durar menos de 5 minutos. Enfócate en esas acciones breves pero frecuentes.
- Reconoce los disparadores: Observa qué situaciones o momentos del día desencadenan estos pequeños hábitos. Hazte preguntas del tipo: ¿cuándo bebo agua?, ¿por qué leo más o me organizo mejor por la mañana? Así, al responder a estas cuestiones podrás saber cuándo y cómo te funcionan para incorporar otras a tu vida.
- Consulta con otras personas que te conocen: A veces, la gente cercana a ti te puede señalar hábitos que ni tú sabías que tenías.
¿Cómo implementarlos en tu vida?
Una vez sabes qué son y cómo funcionan es momento de incorporar algunos microhábitos a tu vida. La clave para empezar es identificar tus objetivos. Así, podrás definir qué áreas de tu vida quieres mejorar (salud, productividad o felicidad, entre otras).
Para empezar debes hacer lo siguiente:
Elige microhábitos específicos: Selecciona acciones muy pequeñas que te ayuden a alcanzar tus objetivos.
Por ejemplo:
- Si quieres mejorar tu salud, puedes proponerte beber un vaso de agua al despertar.
- Si deseas incrementar tu productividad o memoria, puedes proponerte dedicar cinco minutos a planificar tu día.
- Si deseas hacer ejercicio, tienes que incorporar acciones físicas como pasear 500 pasos, hacer 10 flexiones, usar las escaleras o dar un pequeño paseo por el parque cerca de tu casa.
Hazlos lo más pequeños que puedas: Cuanto más pequeño sea la acción, más fácil será de implementar.
Enlaza los microhábitos a tus rutinas existentes: Asocia los microhábitos a acciones que ya realizas de forma automática, como lavarte los dientes o tomar el café.
Sé constante: Ni que decir tiene que para que estas acciones funcionen debes repetirlas cada día.
Celebra tus pequeños logros: Reconoce y celebra cada mini acción que completes, por pequeño que sea.
Como puedes ver y comprobar los microhábitos son una herramienta poderosa para transformar tu bienestar de manera gradual y sostenible
Además, cuanto más las practiques te será más fácil y es posible que las vayas incorporando cada vez más en tu vida.
Desde Renovalia Inmobiliaria os animamos a poner en práctica estas acciones, bien sea leyendo 2 páginas, paseando o andando 300 o 600 pasos más o haciendo cualquier otro tipo de actividad o deporte que os sea fácil de incorporar. Piensa que todo suma, y lo importante es conseguirlo poco a poco.
Finalmente, os invitamos a echar un vistazo a nuestro blog de estilo de vida que actualizamos cada semana.