Síndrome postvacacional y vuelta al cole, ¿cómo afrontarlos sin problemas?
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El mes de septiembre se caracteriza por el fin del verano, por la vuelta al cole y el regreso a la rutina. El relax y los beneficios conseguidos durante los meses de verano se acaban a los pocos días de llegar a casa solo de pensar en todo lo que eso significa. Sin embargo, el estrés, la rutina, el síndrome postvacacional y lidiar con la vuelta al cole tienen fácil solución.
Solo tienes que leer los siguientes consejos que te proponemos, y por supuesto, llevarlos a la práctica, sino no vale de nada. La clave es mantener un buen estado de ánimo y cogerle el ritmo a la rutina. Todo lo demás viene sobre ruedas. A continuación, te contamos todas las claves.
Síndrome postvacacional, ¿Verdad o mentira?
Todas las revistas, muchos expertos y hasta los medios de comunicación nos venden la moto de que después de la vuelta de las vacaciones aparece el temido síndrome postvacacional. Sin embargo, en este post nos vamos a plantear si es verdad o mentira. Lo primero de todo es que no podemos medir el grado de felicidad ni de sentimientos de ninguno de nosotros. Volver a trabajar es algo que a muy poca gente gusta, ya que no todo el mundo trabaja en lo que le gusta o se siente al 100 % cómodo en el trabajo.
Aunque lo cierto es que la vuelta a la rutina, a los horarios y a madrugar puede molestar a mucha gente y que sienta cierto bajón, desde luego no es una depresión ni nada que se le parezca. Los expertos no terminan de aclarar la existencia del síndrome vacacional, y es que a pesar de que se citan ciertas manifestaciones; irritabilidad, tristeza, apatía, fatiga y falta de concentración, los datos demuestran que apenas el 5 % de la población lo sufre.
Dicen que la depresión es la enfermedad mental o epidemia del siglo XXI. Los problemas de salud mental son a menudo muy poco conocidos por la sociedad ya que se extiende en muchas ocasiones, el rechazo social, el desconocimiento o el estigma de una enfermedad. Lo cierto es que el temido síndrome postvacacional ejerce sobre el ser humano ciertas reacciones que muchas veces provocan situaciones de enfado, tristeza, conflictivas o frustrantes.
Estas situaciones originan y aumentan los niveles de estrés, también pueden bajar nuestras defensas. Si a ello le sumamos una mala situación de pareja, problemas de trabajo o cualquier otro incidente que nos perturbe la vuelta al trabajo puede resultar un tormento. Para evitar todos estos problemas, debemos alejarnos de la agenda que nos marcan los medios, la televisión o la publicidad. Para fortalecer nuestra confianza y evitar cualquier estímulo externo debemos centrarnos en nosotros mismos y llevar hábitos de vida saludables.
Mens sana in corpore sano
Lo cierto es que todo está inventado. Los antiguos griegos conocían de primera mano los beneficios del deporte y la buena alimentación. Una buena dieta y alimentación combinado con ser una persona activa y sociable mejora nuestra forma de vida y da buenos resultados para nuestra salud. Por supuesto, también es clave controlar nuestros pensamientos y mantener una actitud positiva, para ello no debemos dejarnos llevar por estímulos externos (costumbres, comentarios, etcétera) e intentar mantener la calma en la medida de lo posible. El truco es controlar todo lo que entra y sale en nuestras vidas para no generar un estrés innecesario.
Por supuesto, es importante acudir y pedir ayuda externa a familiares y amigos en caso de que sea necesario. ¡Si acaso ésta no te sirve o no te llega, no dudes en pedir cita a un especialista! ¡Lo peor es tragarse las ganas de pedir ayuda!
Tampoco se trata de ser obsesivos con los pensamientos y con el positivismo, pero hay que incorporar actividades saludables y acordes con nuestros gustos y forma de ser. En artículos anteriores hablábamos de actividades positivas como el yoga o pilates que nos pueden ayudar a conseguir un estado mental perfecto. Es importante incorporar estos hábitos para mejorar nuestra salud.
Lo mismo sucede con el ejercicio en general y mantenernos activos, piensa que a mayor sedentarismo más posibilidades tenemos de vivir menos años y sufrir efectos negativos como la obesidad, estado de ánimo bajo, dolores articulares y contracturas en la espalda, o peor aún, propensión a determinadas enfermedades cardiovasculares o coronarias (ataques al corazón, diabetes e hipertensión arterial) que variarán en función de nuestra actividad.
La solución para evitar estos problemas está en nuestras manos, y se llama ejercicio. Tampoco se trata de ser olímpicos o emular a deportistas como Kilian Jornet. Los expertos afirman que un paseo diario de una hora puede ser suficiente para mantener a raya los efectos de la obesidad.
Hábitos saludables
- El descanso debe convertirse en un hábito que no solo se extienda en nuestra vida diaria, también en nuestras vacaciones y tiempo libre. Sin embargo, si por cuestiones de calendario, o porque queremos aprovechar el mes de vacaciones y dormimos poco o incluso todo lo contrario, lo mejor que podemos hacer es incorporar la rutina de dormir unas 8 horas para adaptarnos de forma progresiva al horario de trabajo y la rutina. De esta forma, el cambio de horarios no es tan brusco y no padeceremos los efectos negativos de madrugar poco, ni sufriremos de estrés al contar con descanso suficiente. Piensa que un buen descanso mejora el estado de ánimo y contribuye a mantener una actitud mental positiva.
- Otro de los hábitos saludables que seguro estamos cansados de escuchar y leer es realizar una dieta equilibrada. Las razones son varias y muy importantes; equilibra tu cuerpo al controlar tu peso, protege el corazón y enfermedades como el cáncer al disminuir la presión arterial y mantener los niveles de colesterol, mejora el estado de ánimo, aumenta la salud de huesos y músculos, así como es un potente reductor del estrés. O sea que ya sabes, la ingesta de verduras, cereales integrales, pescado, carnes, frutas, frutos secos o legumbres debe ser algo indispensable en tu lista diaria de cosas por hacer.
- Hacer actividades que activen nuestra mente, por ejemplo, la lectura, acudir a obras de teatro, dibujar, realizar actividades culturales que activen nuestra mente son buenos métodos para mantenernos en forma.
- Hay ejercicios que se adaptan a todos los estilos de vida y ritmo. No hace falta correr 21 kilómetros o ir al gimnasio para estar en forma. Actividades como nadar, bailar, hacer yoga o pilates son actividades que se adaptan a todo tipo de personas sin importar su estado físico, ni su edad. ¡Lo importante es moverse, tú eliges en qué!
- También puedes aprovechar para hacer actividades como cultivar en tu casa, hacer tus propios muebles o leer nuestro blog de estilo de vida. ¡Y es que otra forma de vivir es posible! En tus manos tienes el poder.
Sea lo que sea, mantén un estilo de vida activo e intenta tener ocupada tu mente y cuerpo, y en el caso de que tengas pequeños que se incorporen a la vuelta al cole, piensa que son como tú y también necesitan adaptarse a los madrugones y a la rutina. ¡Pero poco a poco seguro que lo conseguís!