Cada día más hay más gente interesada en hacer las cosas a un ritmo más pausado, menos estresado y vivir de forma saludable y sostenible, sencillez y en harmonía con la sociedad y el medio ambiente. Esto se conoce como slow life o vida lenta. Pero, ¿qué es la slow life y cuáles son sus ventajas?

De todo esto os hablaremos en este artículo en el que os detallaremos el funcionamiento de este estilo de vida y cómo ponerlo en práctica.

¿Qué es la vida slow?

El movimiento slow o lento es una tendencia comenzó en la década de los 80 en Italia cuando en la ciudad de Roma se abrió un local de comida rápida y la gente protestó porque entendía que rompía con sus tradiciones gastronómicas y su forma de vida.

Y es que el movimiento lento o slow promueve y fomenta un estilo de vida calmado en todos los ámbitos de la vida, desde la comida, los viajes, el deporte, las compras, etcétera.

La vida lenta es un estado en el que nos tomamos el tiempo necesario para apreciar las pequeñas cosas de la vida. Se trata de un llevar una vida menos intensa y acelerada de lo que podrían sugerir las definiciones convencionales de la vida “normal”.

El movimiento slow o lento es una tendencia cada vez más popular, la gente que lo práctica comenta sus beneficios y propiedades entre los que destacan una mejor calidad de vida, mayor bienestar y positividad en general.

Vivir slow o lento es una mentalidad aplicada a la forma de vivir que apuesta por la sencillez, ser más saludable, sostenible y conscientes.

Esto es debido a que la tecnología y la digitalización han acelerado el trabajo y llevado a nuestras vidas un ritmo vertiginoso que origina estrés y malestar.

Ejemplos de vida lenta

La vida lenta consiste en vivir el presente y pasar tiempo de calidad con tus seres queridos y toda la gente que te rodea. Y es que las prisas no son buenas compañeras, de ahí la necesidad de hacer las cosas pausadas y desde la calma.

Este estilo de vida también promueve no anticiparse a los acontecimientos y evitar en la medida de lo posible pensar en el futuro o preocuparse por lo que va a suceder.

En su lugar, puedes relajarte y disfrutar del momento presente. Ejemplos de vida lenta pueden ser sentarse a ver la puesta de sol, dar un paseo por el parque o pasar tiempo con los amigos y la familia. Sea cual sea el significado de la vida lenta para ti, es importante recordar que debes tomarte el tiempo para apreciar las pequeñas cosas de la vida.

Otro de ejemplo de vida lenta es realizar actividades y ocio que tenga que ver con el aislamiento exterior y la desconexión con el trabajo. Así, hacer senderismo, practicar deporte de forma moderada e ir a la playa se pueden considerar actividades de estilo pausado y lento.

¿Cómo llevar a cabo una vida lenta? Consejos y recomendaciones

Aunque la vida lenta puede parecer una búsqueda idealista típica, en ocasiones puede ser difícil de conseguir y llevar a cabo.

Y es que no solo se trata de reducir el ritmo y parar la velocidad de las cosas que hacemos, también se trata de entender y apreciar mejor la importancia de dedicarnos tiempo a nosotros mismos.

Hacer esto tiene cosas positivas para mejorar nuestra calidad de vida, nuestro bienestar y sensación general de plenitud.

Alguna gente puede asociar la vida lenta con un estilo de vida aburrido y poco gratificante, cuando es todo lo contrario. El movimiento slow apuesta por la calidad y no la cantidad. No se trata de hacer más, sino menos y mejor.

Por ejemplo, si nos gusta el ejercicio y la intensidad podemos buscar y practicar actividades que tengan un ritmo normal. La clave no es parar y pausar el ritmo por completo, sino bajar el número de revoluciones y establecer momentos de calma en nuestra vida.

Vivir una vida lenta tiene muchos aspectos diferentes. Por eso es importante saber cuáles son tus intereses y necesidades para centrarte en ellas.

Una vez que sabes tus prioridades puedes hacerte preguntas del tipo, ¿Qué es más importante pasar tiempo con la familia o una salida al exterior?, ¿Prefieres actividades en el mar o en la montaña?

Al conocer tus gustos y objetivos puedes empezar a poner en práctica aquellas actividades que te permitirán un estilo de vida pausado.

Por ejemplo, si buscas tiempo para pasarlo con tus seres queridos una buena forma es realizar actividades sociales o físicas con ellos. Desde hacer una paella, una churrascada a dar un paseo o jugar a las cartas.

Si lo tuyo es desconectar igual prefieres dar un viaje por la costa o ir de acampada. Las actividades a realizar también se pueden hacer en casa, por ejemplo, coser, tejer o aprender alguna actividad relajante como el yoga o pilates.

Ejercicios y rutinas para llevar una vida lenta

• Bajar el ritmo de las actividades.
• Practicar la paciencia y la calma.
• Cultivar y tener una actitud positiva.
• Dedicar más tiempo de calidad.
• Hacer más con menos cosas.
• Programar la rutina diaria e intentar no agobiarse.

Si te centras en actividades que fomenten un estilo de vida pausado, podrás experimentar y beneficiarte de todos puntos positivos que tiene llevar una vida lenta.

A continuación, os contamos cuáles son las ventajas de este estilo de vida.

Beneficios de llevar una vida slow: ¿cuáles son?

La vida lenta puede ayudarnos a reducir la velocidad y a encontrar la atención en nuestro día a día, lo que a su vez tiene un impacto positivo en nuestra salud y bienestar.

Nos ayuda a ser más conscientes de la naturaleza de nuestro tiempo y a recordar nuestras prioridades.

Además, permite una mejor capacidad a la hora de conectar con los demás y construir mejores relaciones sociales en cualquier ámbito.

En definitiva, ahora que ya sabes qué es la vida slow o lenta la puedes poner en práctica con los consejos y recomendaciones que os hemos contado. Así, podréis tener un enfoque diferente, pausado y vivir de forma sostenible y en sintonía con nuestras verdaderas prioridades.

Desde Renovalia Inmobiliaria esperamos que os haya gustado este artículo y os invitamos a echar un vistazo a nuestro blog de estilo de vida cuyo contenido actualizamos constantemente.